La publicidad en época medieval

 

Hoy vamos a seguir con nuestros post sobre la historia de la publicidad. Como dijimos en el anterior post en época romana la mayoría de la población era analfabeta, y esto mismo sucedía durante la Edad Media (Siglos V al XV) y los únicos que sabían leer y escribir eran los miembros de la Iglesia y parte de la Nobleza.
Podríamos decir que en esta época los publicistas oficiales eran los pregoneros: funcionarios públicos al servicio  del rey o señor feudal  que leían el pregón o anuncio oficial y después lo dejaban clavado en algún emplazamiento público, como la puerta de la iglesia o una plaza.  En París en el año 1250 había al menos 400 pregoneros censados que trabajaban con tarifas fijas según mercancía o noticia a pregonar.
También estaba la figura del charlatán: intermediario entre el artesano y los compradores que ofrecía las mercancías del artesano al público en general por las calles a viva voz.

 

En esta época comienza a darse los emblemas, precursores de lo que hoy en día sería la marca de una firma o logo. El emblema era colocado en la esquina de una calle de una ciudad para señalizar  a la agrupación gremial que vivía en ella. Durante los siglos XIV y XV, las enseñas suspendidas en las fachadas eran pequeñas obras de arte hechas en metal o madera, donde se reflejaba la sociedad de entonces: El sentido religioso, donde se reflejaba figuras de santos, la vida rural, con dibujos de animales, vegetales y utensilios o el alma caballeresca de la época con los dibujos de las armas.
 
  Diferentes emblemas de herreros y de una cristalería de Alemania.
También eran muy populares los letreros de los mesones, que  reflejaban mediante dibujos sus nombres. Así en Inglaterra se conocían posadas con nombres tan originales como “las tres ardillas” y  “El hombre en la luna”, expresados  en dibujos sin escrito alguno.
 
Todo este panorama  “pre- publicitario” cambiará con la invención de la imprenta en el S.XV por parte de Gutenberg y la difusión de  la escritura por toda Europa…. Pero esto ya lo veremos en los siguientes capítulos!!
 
 

La publicidad en época romana

En el Blog de Distpublic queremos hacer un poco de historia de la publicidad, así que mensualmente publicaremos algún artículo dedicado a la historia y anécdotas sobre este arte de captar clientes para tu negocio o marca.

¿Sabías que ya hace más de 4000 años que existe la publicidad? El ser humano desde que tiene espíritu comercial ha sentido la necesidad de poder vender sus productos y por ello ha inventado de todo para llamar la atención del consumidor.

Así, en Sumeria, hacia el 2700 a.C, usaban el grito como forma de captación de la  clientela a sus puestos dispuestos en el templo de la ciudad. Como podemos ver es un método muy bueno de captación, porque lo seguimos utilizando hoy en día en los mercadillos.

El historiador griego Herodoto  contaba en el  S.V a.C  que las caravanas de mercaderes tenían a “hombres-heraldos”, de voz potente y clara pronunciación, para anunciar sus productos. Cuenta también  que en la ciudad persa de Lidia (Asia Menor) aparecieron las primeras tiendas fijas con voceadores en la puerta invitando a los transeúntes a entrar y comprar en ellas mediante frases sugestivas, costumbre que aún pervive.

En época romana es cuando realmente la publicidad tiene gran auge entre la sociedad. En Pompeya se han encontrado los alba: espacios blanqueados con cal donde se escribían los anuncios, situados en las paredes de las principales calles de la ciudad. Los utilizaban los candidatos políticos al senado romano para captar el voto de los ciudadanos. También eran utilizados para eventos como espectáculos circenses y concurso de gladiadores.

 

Hay que decir que en las ruinas de Pompeya se han encontrado también multitud de pintadas de carácter popular hechas en piedra o madera -incluso con punzón- en las que se anuncian hasta comercios. Podríamos decir que este es el origen del graffiti., como el que anuncia en la pared de una taberna sobre sus productos: «Tenemos comida: pollo, pescado, jamón, pavo y caza,»

En la sociedad romana, donde la gran mayoría de la población no sabía leer, la iconografía era siempre el mejor recurso para la publicidad y tenemos ejemplos como este explícito signo en relieve que señalaba la dirección de un burdel en Pompeya en una de sus principales calles.